Debate no es monólogo”
Estudien los que pretenden opinar. No se
opina con la fantasía, ni con el deseo, sino con realidad conocida, con la
realidad hirviente en las manos enérgicas y sinceras que se entran a buscarla
por lo difícil y oscuro del mundo.
José
Martí
Luis
Sexto se ha empeñado en pedir respeto dentro del debate que ha generado la blogosfera. Y tiene razón en buena parte.
Para llamarnos los unos a los otros hemos usado todo tipo de improperios,
excusamos la falta de argumentos en quién grita más y abandonamos el terreno en
son de desafío; cuando sentimos perdida la batalla discursiva. Pero la polémica
siempre engendró eso, al igual que dio pie al comportamiento opuesto. Yo diría
más: las luchas periodísticas llevan antes a la esgrima que al respeto y el
debate de ideas. El fenómeno parece inevitable, dadas nuestras naturalezas
humanas y limitadas.
Ahora
bien, resulta loable el llamado de Luis Sexto a la moderación del tono y la
búsqueda de argumentos reales. Más de una vez he sentido que se me lanzan
llamas desde un ambiente refrigerado, casi inventado, con nociones extraviadas
sobre el asunto a polemizar. Pasa mucho cuando quien expone no conoce en la
práctica nuestro país; o apenas tuvo tiempo de verlo en un viaje de placer. Hay
dos pensamientos que vienen a la mente; uno pertenece a mi profesora de
filosofía de la universidad: “hay gente que está de acuerdo con el socialismo,
pero no quiere estar presente mientras se construye”; la otra frase procede de
Desmond Tutu: “En lugar de gritar, deberíamos mejorar nuestros argumentos”. Tales
cosas son tan válidas para la blogosfera, como para la prensa oficial.
Si las
bitácoras son espacios no pagados, hechos a contrapelo de trabajos y tiempos
copados, escritos por personas muchas veces sin formación periodística; ya hay
varias razones de por qué el tono desvaría, y aparecen lanzallamas. Además no olvidemos un rasgo fundamental:
cada blog representa en esencia el espacio personal y libre que todos ambicionamos
para expresarnos. Es aquella esquinita en Juventud Rebelde que quisiéramos
hablara sobre nosotros, pero en cambio se dedica a ñoñear con las cosas que
caben o no en una mochila, como un trozo de caña o qué sé yo. No condenen al
bloguero por gritar exasperado mientras la prensa juega a ser prensa; pues en
un país como el nuestro debiera polemizarse todos los días y en los más amplios
foros. El bloguero es sólo un ciudadano que se expresa a través de un medio no
formalizado legalmente, porque su espacio legal se usurpa por aprendices que
desperdigan papeles a diario. O profesionales
que saltan de vez en vez llamando a tono moderado, sin que los aludidos puedan
replicarle en otra columna en el mismo periódico que es en definitiva propiedad
social.
La
blogosfera surge para debatir; no constituye un grupo de sonantes palmadas
alegres y unánimes. ¡Y qué bueno que sea así! Dentro de tal lógica resulta
inevitable y colateral que se lancen llamas; como que haya aciertos. También
que pensemos diferente o incluso diametrales opuestos, y aún seamos amigos y
nos respetemos. Los blogs, ilegales, vistos desde el poder como díscolos y
cargosos; en realidad nos enseñan a pensar y a que una idea dicha o escrita en
público merece respeto. Visto así, el beneficio resulta incalculable para un
conglomerado de generaciones llamadas a dialogar. No a llenar mochilas, sino a
dialogar. El país necesita de ello y por ahora, como escribiera un amigo, sólo
ocurre en los blogs.
Pienso
que es beneficioso que Luis Sexto escriba sobre el debate y su naturaleza,
tiene ideas acertadas. Pero no se debe apelar al respeto y poseer techo de
vidrio. Una buena muestra de respeto (y creo que la principal) consistiría en
permitirle a los aludidos una réplica en el mismo tono y espacio. De lo contrario
el ejercicio carece de ejemplo y decae en utilidad. No pasa de un intento de
pedagogía del debate. Si la actual prensa que ñoñea y condena el mal tono (sin
tener ella misma un tono definido) continúa retando a un rival invisible; el
daño será para el lector o sea la mayoría que sufraga y mantiene ese papel mal
usado. Toda idea pública, ya sea dicha o escrita, debe buscar respeto desde sí
misma y a partir de los demás. Yo respeto a Luis Sexto, ¿lo hará él con sus
propios textos?, ¿permitirá que el aludido le conteste entonces? Espero entienda que debate no es monólogo ni
coro monocorde. ¿Seguirá parado en su pequeño y valioso coto de caza mientras
lanza llamas a un adversado distante? Seamos honrados y confiemos en su
honestidad, ya ha dado el primer dardo. Yo, sin esquina en el periódico ni
tribuna en el Hyde Park, lo estaré leyendo desde la misma aldea que nos vio
nacer a ambos.
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