20 jul 2013

El Gran Hermano te vigila


 
“El Gran Hermano te observa” esta frase acompañaba de forma casi omnipresente a los personajes de la novela 1984, ficción concebida por George Orwell y que relataba un futuro hipervigilado por un Estado impersonal, invisible, mitificado. Ahora, cuando tenemos el mundo a nuestro alcance con sólo un click y casi nos atrevemos a decir que somos dueños de toda la información; se develan los hilos de un nuevo y sutil laberinto. Hubo que esperar a que uno de los agentes que operaban al servicio del proyecto de espionaje Prisma, tuviese conciencia ciudadana para enterarnos de dispositivos capaces de penetrar hasta la alcoba de tu casa y saber el último detalle de la vida de cualquier usuario. Por ello resulta ingenuo pensar en el internet como en ese canal libre de control, patrimonio de la Humanidad, donde hay total libertad de expresión y podemos contrastar fuentes e informarnos con objetividad. Todo ello es más de lo mismo, una simple frase que como aquella hermosa “Igualdad, Libertad, Fraternidad”, se la llevan los vientos de mercado y el poder real, ese que se esconde detrás de las instituciones.
El asunto de Snowden no deja de perturbarme, finalmente facebook, esa red social en apariencia inofensiva y amistosa; reconoció que tenía un convenio para pasar información personal a centros de espionaje global. Ello sin que las acciones y la influencia de la compañía se afectaran demasiado. Tal parece que alguna parte de la Humanidad acepta que su perfil sea manipulado con otros fines, quizás estamos cayendo dentro de la paranoia del no pensar, máxima ideología de la novela 1984, donde lo correcto era el acatamiento y toda disensión resultaba fuertemente perseguida. Quien haya leído la ficción sabe la manera triste de su final, y cómo personajes del talante de Snowden tuvieron que enfrentar campañas de descrédito y desinformación. La prensa burguesa aún intenta apuntalar el mito de la libertad de expresión en un país donde existen poderes intocables y el Estado de Derecho recibe su mayor erosión, desde que se emitiera la Ley Patriota. Andrés Oppenheimer, analista de CNN y periodista comprometido con la derecha mundial, intenta un balance de lo positivo y lo negativo del caso. Todos los grandes medios se concentran en el fenómeno Snowden y dejan a un lado la evidente violación de protocolos básicos por parte del gobierno federal. Derecho internacional incluido. La maniobra resulta clara, sembrar dudas en la opinión pública norteamericana, dividirla, desinformar. ¿Y saben en definitiva por qué Oppenheimer y sus socios emprenden esa gesticulante faena? Simple: porque quien debiera estar acusado de traición, quien debiera sentarse en el banquillo judicial es  propio gobierno norteamericano. Pero tal cosa superaría cualquier ficción, por muy tremendista que fuere. George Orwell es un niño de teta ante una realidad tan aplastante, vigilada y carente de derechos. Una realidad en definitiva muy al estilo de 1984. 

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